20-Mayo-2009
TORREÓN FORTEA - C/ Torrenueva, 25
TORREÓN FORTEA - C/ Torrenueva, 25
FERNANDO MALO ALCRUDO - Zaragoza (España) 1957
"Tócame"
12-mayo a 21-junio 2009
El autor: estudió en la Escuela Massana de Barcelona, en los veranos se acercó a la cerámica tradicional, al alfarero clásico con su torno, concretamente a Naval (Huesca). La lista de exposiciones en las que ha participado es larga, muy larga así como la de premios obtenidos y proyectos en los que ha participado. Esta muestra se llama, así la ha titulado el autor, “Tócame” y explica él mismo en su blog la ilusión con que la ha estado preparando durante los más de 9 meses transcurridos desde que le confirmaron la fecha de inauguración. Es una colección de obras basadas en la naturaleza, el paisaje aragonés, en lo más ancestral de los trabajos cerámicos de las antiguas civilizaciones, la tunecina le inspiró sobremanera, pero lo que le ha llevado a lograr el resultado final ha sido su ideología primigenia, origen al que acuden y recurren la mayoría de los creadores en algún momento de su vida artística. En esta colección que exhibe ha añadido a sus formas tradicionales, las de su obra característica, una suerte de experimento o hallazgo, ha incorporado asas y otros elementos llenos de sensualidad y buen hacer. Confiesa haber descubierto recientemente el wabi-sabi, término estético japonés que describe a objetos o ambientes caracterizados por su simpleza rústica, combinando el minimalismo con la calidez de los objetos de la naturaleza.
Mi opinión: los materiales que se utilizan en el arte de la cerámica son pobres si los comparamos con los empleados en pintura, por ejemplo. El agua, la tierra y las arcillas en sus diversos colores, conformadas y cocidas nos ofrecen las piezas que al salir del horno son siempre una sorpresa, la sorpresa que depara la acción del fuego sobre lo creado previamente. Es la hermosura de la sencillez. No queda claro si el título de la exposición hay que seguirlo al pie de la letra, es decir, si está permitido tocar las obras. Es indudable que sus formas invitan a ello pero la seguridad en las salas de exposiciones es tal que debería advertirse si el espectador está o no autorizado a disfrutar con el tacto del mismo modo que lo hace con la vista. Si por el contrario el tócame es sólo la fuente de inspiración del autor es un privilegio que no trasciende al visitante y es una lástima, la verdad. El Torreón Fortea es un lugar acogedor para todo tipo de trabajos pero en este caso hay que resaltar que se ha superado, el montaje es muy adecuado, la luz, la ubicación de las piezas; todo está decidido con exquisito gusto, sensibilidad y cariño hacia la obra. Calificación: 7,5.
El autor: estudió en la Escuela Massana de Barcelona, en los veranos se acercó a la cerámica tradicional, al alfarero clásico con su torno, concretamente a Naval (Huesca). La lista de exposiciones en las que ha participado es larga, muy larga así como la de premios obtenidos y proyectos en los que ha participado. Esta muestra se llama, así la ha titulado el autor, “Tócame” y explica él mismo en su blog la ilusión con que la ha estado preparando durante los más de 9 meses transcurridos desde que le confirmaron la fecha de inauguración. Es una colección de obras basadas en la naturaleza, el paisaje aragonés, en lo más ancestral de los trabajos cerámicos de las antiguas civilizaciones, la tunecina le inspiró sobremanera, pero lo que le ha llevado a lograr el resultado final ha sido su ideología primigenia, origen al que acuden y recurren la mayoría de los creadores en algún momento de su vida artística. En esta colección que exhibe ha añadido a sus formas tradicionales, las de su obra característica, una suerte de experimento o hallazgo, ha incorporado asas y otros elementos llenos de sensualidad y buen hacer. Confiesa haber descubierto recientemente el wabi-sabi, término estético japonés que describe a objetos o ambientes caracterizados por su simpleza rústica, combinando el minimalismo con la calidez de los objetos de la naturaleza.
Mi opinión: los materiales que se utilizan en el arte de la cerámica son pobres si los comparamos con los empleados en pintura, por ejemplo. El agua, la tierra y las arcillas en sus diversos colores, conformadas y cocidas nos ofrecen las piezas que al salir del horno son siempre una sorpresa, la sorpresa que depara la acción del fuego sobre lo creado previamente. Es la hermosura de la sencillez. No queda claro si el título de la exposición hay que seguirlo al pie de la letra, es decir, si está permitido tocar las obras. Es indudable que sus formas invitan a ello pero la seguridad en las salas de exposiciones es tal que debería advertirse si el espectador está o no autorizado a disfrutar con el tacto del mismo modo que lo hace con la vista. Si por el contrario el tócame es sólo la fuente de inspiración del autor es un privilegio que no trasciende al visitante y es una lástima, la verdad. El Torreón Fortea es un lugar acogedor para todo tipo de trabajos pero en este caso hay que resaltar que se ha superado, el montaje es muy adecuado, la luz, la ubicación de las piezas; todo está decidido con exquisito gusto, sensibilidad y cariño hacia la obra. Calificación: 7,5.
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